Pequeño homenaje a mi abuela

Pequeño homenaje a mi abuela

Dejadme que como introducción os haga una pequeña confesión autobiográfica, hacia finales de los años 60, mi abuela que provenía de un pequeño pueblo de Extremadura, llegó a Cataluña y su primer trabajo fue de servicio doméstico. El primer día de trabajo encontró en la cocina a un hombre limpiando los platos, su sorpresa fue doble, primero por ver a un hombre haciendo esta tarea y segundo porque el hombre que estaba haciendo esto era el propietario de la casa, quién la había contratado a ella, justamente, para fregar los platos.

Romper los roles

Mi abuela venía de un lugar donde cada género tenía unos roles muy definidos: la mujer se encargaba de las tareas domésticas, del cuidado de los hijos y de ayudar en las tareas del campo y los hombres únicamente de trabajar en el campo.

Pese a todo el cambio de vida que supuso dejar un entorno agrícola por otro industrializado, ella continuó asumiendo los mismos roles (trabajadora por cuenta ajena, cuidado de la casa, de los niños, etc…).

Es difícil romper con todo esto cuando es lo que te han enseñado de pequeña, lo que siempre has visto en casa; eso sí, ella tenía muy claro que sus hijos no crecerían con estos prejuicios y fomentaría la igualdad entre ellos.

Creo que, como mi abuela, muchas mujeres en silencio empezaron a plantar la semilla para empezar a andar hacia un mundo más igualitario.

El día de la mujer es un homenaje

Si ahora alguien me hace la pregunta: ¿qué significa para ti el día de la mujer? Sin pensarlo les diría que para mí es un homenaje a todas aquellas mujeres que en silencio y mediante la educación en la igualdad empezaron a andar hacia la igualdad de género, sin hacer grandes gestos, sin tener visibilidad, actuando en ámbitos reducidos como el familiar.

Eso sí, sin dejar de lado a todas aquellas mujeres que lucharon públicamente por la igualdad de género e hicieron visible esta desigualdad, y también su fuerza. Esta fuerza que año tras año hace llenar las calles de las ciudades para recordarnos, para denunciar, que todavía hay mucho que hacer y que todavía hay desigualdad expresada como discriminación sexual.

¿Y por qué no cada día? Nos queda mucho para hacer

También es verdad que no me gusta demasiado el hecho de elegir un día en el año como día reivindicativo, puesto que a mi parecer se corre el riesgo de caer en la costumbre, el hábito, perdiendo así la esencia reivindicativa, transgresora y de denuncia. Quiero decir, llegará un día, y más actualmente, que nos acostumbraremos a que cada 8 de Marzo es el día de la mujer, igual que el 3 de diciembre se el día de las personas con discapacidad o el 5 de junio se el día mundial del medio ambiente.

Para darle una mayor visibilidad podríamos hablar de realizar la semana de la mujer igual que hacemos la semana del medio ambiente, por ejemplo, y más cuando en los últimos años los datos no son nada esperanzadores, produciéndose un fuerte frenazo de la reducción de las desigualdades de género

Actualmente hay menos mujeres en cargos directivos que en el 2015 pasan de un 36% a un 31%, y lo mismo pasa con la presencia de mujeres en juntas directivas de entidades civiles como por ejemplo colegios profesionales, sindicatos y patronales, hay menos catedráticas en las universidades, etc…

Si vamos al ámbito familiar, los hombres dedican el 92% menos de minutos al hogar y a la familia que las mujeres.

Estos datos ya son bastante alarmantes, pero todavía lo son más si lo hacemos en términos de los futuros nichos de ocupación, la mayoría de ellos ligados a las TIC y donde, por ejemplo, en las carreras de ingeniería tan solo un 17% son mujeres y solo un 28% de mujeres trabajan en empresas TIC.

La brecha salarial entre mujeres y hombres es del 23,4%, es decir, las mujeres cobran una media de 6.000€ menos en el año; y si hablamos de pensiones, según un estudio de enero del 2019 publicado por la Mesa del Tercer Sector, las mujeres cobran de media un 34% menos de pensión que los hombres y esto tiene su origen en cuestiones socioculturales puesto que han trabajado menos que los hombres y en trabajos peor retribuidos. + info

Camino a seguir

Actualmente, se están haciendo más cambios como consecuencia de la presión social más que por políticas realizadas en este sentido, como es el caso de la presencia de mujeres en consejos de administración de empresas donde han pasado en los últimos 12 años de un 4% a un 20%, pero aun así todavía es insuficiente si se tiene en cuenta que se necesitaría un 30% para tener poder de decisión real.

A modo de síntesis, diría que el 8 de Marzo tendría que ser un día reivindicativo, un día de denuncia de todas estas desigualdades, de hacerlas visibles, pero cada día tendría que ser el día de la mujer porque todavía queda mucho que hacer, cada día se tiene que trabajar para reducir estas desigualdades, y la mejor manera sería con una apuesta clara por parte de los gobiernos de realizar políticas que tuvieran un gran impacto en el ámbito educativo, social y empresarial.

 

Xavier González

Técnico de Inserción – Prospección

Acción social

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