Cuando querer no es suficiente: barreras invisibles a la inserción laboral

Cuando querer no es suficiente: barreras invisibles a la inserción laboral

Elisenda se mira al espejo. Ha aprendido a sonreír ante la incertidumbre. A cada paso carga no solo un currículum, sino una historia.
Cuando sale a la calle, respira hondo. Se siente valiente, pero también un poco sola. Porque no todo el mundo ve la carga de una persona cuando busca trabajo. Y porque cada entrevista que no llega, cada silencio, hace algo más difícil volver a empezar.

Cuando hablar de trabajo es hablar de derechos, de vida

Trabajar no es solo ganar un sueldo, es sentirse útil, es formar parte, es poder mirar adelante con dignidad. Pero para muchas personas, acceder a un trabajo digno se ha convertido en una carrera con demasiados obstáculos.
Según el IDESCAT, la tasa de paro en Cataluña es de un 9%, pero detrás de esta cifra hay vidas reales. Mujeres cuidadoras que han dejado su profesión para cuidar familiares. Jóvenes formados que solo encuentran trabajos temporales. Personas migradas con experiencia, pero con papeles pendientes. Gente mayor que no encaja en ningún currículum estándar.
Y si nos paramos a escucharles, descubrimos que el problema no es la falta de ganas. Es la carencia de oportunidades reales.

Las barreras que no se ven, pero se viven

Hay barreras que no tienen nombre en ningún formulario, pero que pesan como una mochila. Son obstáculos que se van acumulando hasta hacer que buscar trabajo, sea a menudo, un acto de resistencia cotidiana.

La economía precaria: cuando todo cuesta más de lo que parece
Hay quien no puede pagarse una tarjeta de transporte para llegar a una entrevista. O no tiene dinero para imprimir un currículum. O vive en un entorno inestable, que hace imposible sostener una rutina laboral. Son pequeñas cosas, pero sumadas, hacen grande la distancia hacia un trabajo digno.

La conciliación invisible: cuidar sin ser cuidado
Muchas mujeres llegan a nuestros servicios después de años cuidando de los otros: hijos, padres, parejas. Pero quién ha cuidado de ellas? Encontrar un trabajo compatible con sus responsabilidades es casi un rompecabezas. Y demasiado a menudo, las piezas no encajan.

Brecha digital: cuando la tecnología te deja fuera
Enviar un currículum, hacer una videollamada, llenar un formulario en línea. Para quien no ha tenido acceso a herramientas digitales, todo esto puede ser un muro altísimo. Y es injusto que la carencia de recursos tecnológicos te cierre puertas que no tendrías que tener que llamar tan fuerte.

La formación que no reconoce la experiencia
Personas con años de oficio, con habilidades, con trayectoria, pero que no tienen un título oficial que lo certifique. El sistema, a menudo rígido, no reconoce el valor del recorrido vital. Y así se pierden talentos, conocimientos, vidas enteras.

La discriminación: la más cruel de las barreras
Hay quienes no son escuchados por el acento, por la piel, por la edad o por su cuerpo. Son juicios rápidos, silenciosos, pero letales. Y hacen mucho daño. Porque cuestionan la valía de una persona incluso antes de conocerla.
“Me dijeron que parecía demasiado grande para ser ‘dinámica’. Pero dinamismo es levantarse cada día y continuar buscando.”

Voces que resuenan: historias con nombre y alma

En Andròmines escuchamos. Porque cada persona es un mundo, y cada historia, una lección de resiliencia.

Carlos, 22 años, de origen paraguayo
Llegó al Estado español cuando solo tenía 10 años. Durante años, la carencia de documentación lo dejó fuera de cualquier oportunidad laboral con garantías.
“Sin papeles es prácticamente imposible conseguir un trabajo estable”, explica.
Tuvo que dejar los estudios para ayudar en casa. Esto lo limitó a trabajos muy básicos y sin contrato. Cuando consiguió su primer trabajo con contrato en Andròmines, todo cambió.
“Fue mi primer paso real. Aquí sentí que era más que una mano de obra. Me escucharon, me impulsaron, y me acompañaron.”
Carlos es el ejemplo de cómo el apoyo adecuado puede abrir caminos reales.

Elisenda, 62 años
Elisenda no solo busca trabajo: busca reconocimiento.
Es una mujer enérgica, valiente y llena de ganas de continuar aprendiendo. Pero también ha vivido el peso de la mirada social cuando te consideran ‘demasiado mayor para trabajar’.
“Cuando voy a entregar un currículum, noto los prejuicios: Por qué contratar a una mujer mayor?«, explica. Llegó a Andròmines impulsada por sus ganas de trabajar.
“Aquí me acogieron con respeto, me ayudaron a creer en mí y volví a sentirme útil.”

Mariela, madre sola con dos niños
Su historia es la de una conciliación imposible.
“Había trabajos que empezaban a las séis de la mañana, pero yo tenía que llevar los niños en la escuela a las ocho”, dice. Aún con todas las dificultades, ha encontrado apoyo en proyectos como Làbora, Incorpora y en Andròmines.
“Allí aprendí mucho, gané confianza y me sentí útil.” Ahora trabaja en el sector de la limpieza, con más estabilidad y esperanza.

Mamadou, 26 años
Ha hecho cursos, ha aprendido idiomas, tiene energía y ganas. Pero el teléfono no suena.
“Dicen que no tengo experiencia, pero nadie me da la oportunidad para empezar.”
Participando en proyectos como SAIN (Servei d’Atenció i Informació per a Persones Nouvingudes), pone en práctica como puede mejorar la búsqueda de trabajo.

Sílvia, 49 años
Cuidó de su padre hasta el final. Ahora quiere volver a trabajar como auxiliar de enfermería.
“No me contratan porque hace años que no trabajo. Pero cuidar alguien día tras día, también es experiencia.”
Estas historias son las nuestras. Forman parte de la comunidad Andròmines. Y son también un llamamiento a mirar diferente.

Andròmines: acompañar para transformar

No creemos en recetas mágicas, pero sí en el valor del acompañamiento humano. En Andròmines, andamos junto a las personas, respetando su ritmo y escuchando con atención.
• Ofrecemos orientación laboral, pero también soporte anímico. Porque sabemos que buscar trabajo es, a menudo, una montaña rusa emocional.
• Proponemos formación adaptada, no solo a las demandas del mercado, sino a los sueños de cada persona.
• Generamos alianzas con empresas, para que entiendan que contratar es también una manera de construir sociedad.

Descubre nuestros Servicios de Inserción y como empresa puedes sumarte a este cambio.
Los proyectos de orientación y formación laboral como son Integr@’t, el proyecto SAIN (Servei d’Atenció i Informació per a Persones Nouvingudes) o Dona de Futur, nos permiten acompañar a las personas en este proceso de búsqueda de trabajo y formación.

Todo el mundo tiene un papel: la inserción es responsabilidad compartida

Para avanzar, hay que tejer redes. Y la inserción no es un reto individual, sino colectivo.
• Las empresas pueden revisar sus procesos de selección y abrirse a nuevos perfiles.
• Las administraciones pueden dar apoyo real a las entidades que acompañamos con rigor y afecto.
• Las personas podemos dejar de juzgar y empezar a confiar.
Compartimos la mirada de Fundació Engrunes, Solidança y otras entidades que como nosotros, trabajan desde la raíz, desde el vínculo, desde la comunidad.

La esperanza como motor: reconstruir desde la dignidad

Hoy Elisenda vuelve a casa, un poco cansada. La entrevista no ha ido como esperaba. Pero se prepara un café y se sienta junto a su hija pequeña. Le explica cómo ha ido, con honestidad y ternura. Mañana volverá a intentarlo. Porque no está sola. Porque en Andròmines, hay una mano que no solo guía, sino que acompaña.
-“Cuando das una oportunidad, no solo cambia la vida de una persona. Cambia tu mirada.”
Y este es nuestro propósito: mirar con ojos nuevos, reconocer el potencial y sembrar futuro.

Andròmines – Creando oportunidades, una por una, con cariño, respeto y compromiso.

Financiado con las ayudas Impulsem el que fas 2025, del Ayuntamiento de Barcelona, a través de Barcelona Activa.

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