Rutinas cuestionadas, conciencias despiertas: El cortometraje que importa

Rutinas cuestionadas, conciencias despiertas: El cortometraje que importa

Descubre una iniciativa innovadora en el Centro Penitenciario Mas d’Enric que te hará reflexionar sobre la rutina penitenciaria y los problemas ambientales.

En el Centro Penitenciario Mas d’Enric se ha realizado una iniciativa innovadora que busca abrirnos los ojos y hacernos reflexionar sobre dos cuestiones clave de la sociedad actual. Mediante el poder del cine, el cortometraje “Matando el tiempo”, el dinamizador TIC Xavi G, junto con la colaboración de dos internos, nos invita a adentrarnos en la rutina penitenciaria y a tomar conciencia de los problemas ambientales que nos rodean.

Os invitamos, antes de todo, a ver el cortometraje

¿Qué os ha parecido? ¿Os habéis sumergido en la vida diaria dentro de las celdas a través del poderoso lenguaje visual de este cortometraje?

Este trabajo audiovisual nos transporta al interior de la prisión, mostrándonos con un lenguaje visual impactante los aspectos cotidianos de la vida dentro de las celdas. Desde las llamadas para pedir permiso para salir de la celda, pasando por los pasillos oscuros, las salas de día con la televisión encendida, el café, los momentos de recreación en el patio hasta las partidas de ajedrez: todo esto conforma una rutina que nos es ajena, pero que, al fin y al cabo, es el día a día de personas que en algún momento volverán a la sociedad.

Una crítica social que nos invita a tomar conciencia de nuestra responsabilidad colectiva frente a los problemas ambientales.

Por otro lado, el cortometraje también quiere poner de manifiesto la problemática ambiental y nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad colectiva. Nos muestra cómo, a pesar de ser plenamente conscientes de los problemas, seguimos contaminando de diversas maneras. Desde el uso de plástico en los envoltorios de los alimentos o en los vasos de café, hasta el descuido de tirar la basura al suelo o la emisión de humos contaminantes. Esta crítica social nos hace plantearnos si realmente estamos tomando conciencia del límite del planeta o si, como suele ocurrir con otros temas personales, no nos daremos cuenta hasta que sea demasiado tarde.

El cortometraje pretende llamar nuestra atención y generar preguntas cruciales: ¿somos conscientes de que estamos llegando al límite del planeta? ¿Y cuáles serán las consecuencias de esta inacción? ¿Qué estamos haciendo nosotros para intentar cambiar nuestras rutinas negativas y reducir la contaminación? Y, más allá de las acciones individuales, ¿Qué más podríamos hacer como sociedad para revertir esta situación?

Nuestras acciones y la contaminación: «¿Qué obstáculos hemos enfrentado al intentar cambiar las rutinas negativas y reducir la contaminación?»

Por lo tanto, este cortometraje tiene como objetivo concienciarnos sobre la importancia de cambiar nuestras rutinas y actitudes hacia el medio ambiente. Todo esto no solo tiene un valor educativo, sino que tiene un potencial real para contribuir a la reinserción de las personas internas, ya que se crea un vínculo entre la persona y la comunidad desde un enfoque con sentido globalizador: individual, social, cultural y educativo. Las personas internas trabajan y potencian las redes a través de estas propuestas creativas: hay intercambios, construcción de conocimiento, proyectos comunes. Todo esto desde un trabajo personal y social.

En propuestas como la de este documental, basado en el trabajo creativo y en colaboración con las personas, nos permite valorizarlas, darles responsabilidad sobre sus propios procesos personales. Desde un enfoque participativo impulsamos su creatividad y su empoderamiento a través de procesos creativos con el uso de la tecnología. Incidiendo también así en un aspecto humano de la tecnología.

El impacto del cortometraje: «Una propuesta audiovisual con un valor educativo y social que promueve la reinserción y el empoderamiento.»

Un valor de Andròmines es la lucha por la inclusión, si una persona no tiene competencias digitales está excluida de la sociedad y excluida del acceso al mundo laboral, del acceso a la información, del acceso a las redes sociales, y un largo etcétera. Trabajar este cortometraje (u otras herramientas tecnológicas y creativas) les da herramientas para formar parte de una sociedad cada día más tecnificada y en la que tendrán que volver a vivir y trabajar una vez finalice su estancia en la prisión.

Por lo tanto, como podéis ver, detrás de este documental hay mucho trabajo, pero también multitud de objetivos trabajados con diferentes aspectos, todos ellos aplicando una mirada inclusiva. A través de esta tarea de sensibilización buscamos dar a conocer una realidad que genere un cambio de mentalidad, no solo en beneficio de las personas internas de los centros penitenciarios (que también), sino un impacto positivo en la sociedad en general, en el ámbito social y en el ámbito ambiental.

Este trabajo audiovisual fue presentado con éxito en el Festival de cine Vent del Nord.

Si queréis más información, la encontraréis aquí.

Acción social Medio ambiente

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