Las entidades luchamos contra el desperdicio alimentario.

Las entidades luchamos contra el desperdicio alimentario.

Actualidad Medio ambiente

¿Sabéis que cuando desperdiciamos alimentos también estamos tirando los recursos que hemos destinado a producirlos? Suelo, agua, energía y otros recursos que son preciados, se malgastan a la vez que lanzamos los alimentos a la basura. Además, en un contexto de emergencia climática como el que nos encontramos, este hecho es grave, porque estos recursos desperdiciados también contribuyen de forma indirecta al incremento de emisiones de CO₂ a la atmósfera.

¿Qué implica el desperdicio alimentario?

Antes de llegar a nuestros platos, la comida se tiene que producir, procesar, envasar, transportar y producir. En Europa, esto implica:

  • La emisión de amoníaco (NH3): el sector emite el 90% del total.
  • Afecta la calidad del agua: el 50-80% de carga de nitrógeno en agua dulce está relacionada con la producción, distribución y consumo de los alimentos.
  • Comporta el 10% de las emisiones de gas de efecto invernadero.

Què implica el malbaratament

Por lo tanto, derrochar los alimentos, directa e indirectamente afecta a nuestro territorio. Se estima que en Cataluña hay unas 262.000 toneladas de desperdicio cada año.

¿Por qué se genera todo este excedente alimentario?

El desperdicio se genera en toda la cadena de producción, distribución y consumo. Por ejemplo, en el campo encontramos desperdicio cuando hay una sobreproducción de alimentos no estimada o porque los alimentos no cumplen los estándares a los cuales estamos acostumbrados. En la distribución existe desperdicio cuando se almacena de forma incorrecta, en la distribución y en los comercios cuando hay una previsión imprecisa de ventas y en casa cuando compramos más de lo que podemos comer.

Para solucionar esta problemática, la administración, conjuntamente con algunas empresas y distribuidoras, impulsan la donación de los alimentos producidos o sobrantes a entidades que reparten estos alimentos a personas en riesgo de exclusión social. Por ejemplo, en Andròmines, contamos con el proyecto Mossegada a l’exclusio en el que durante el año 2021 hemos recuperado y repartido un total de 9,3t de alimentos. Pero hay otras muchas entidades que también recuperan alimentos, como el proyecto Espigoladors, el Banc de aliments o Formacion i Treball con el proyecto Reprofit.

Con la ayuda y el esfuerzo de muchas entidades sociales, muchos de estos alimentos acaban formando parte de la alimentación de muchas personas.

El aprovechamiento de estos alimentos se enmarca dentro de los objetivos de la Agenda 2030 por el desarrollo sostenible, puesto que forma parte, por un lado, de la estrategia para reducir el desperdicio, y de la otra, de la solidaridad de nuestra sociedad ante la situación económica más precaria en la que muchos nos podemos encontrar.

malbaratament i agenda 2030

En Cataluña, existen muchas más entidades que colaboran en la recogida y el reparto de estos alimentos a personas de diferentes colectivos. Todas ellas, cuentan con técnicos y voluntarios para hacer efectiva esta donación. En este proceso, como en toda la cadena de producción, distribución y consumo de alimentos también se puede generar desperdicio alimentario. A pesar de que estos alimentos han sido descartados del flujo principal, hay que aplicar medidas para no desaprovechar estos alimentos que también comportan un uso de recursos y un sobreesfuerzo de la administración, empresas, distribuidoras, comercios y entidades para evitar su desperdicio.

Talleres para técnicos y voluntarios dirigidos a entidades.

A partir del año 2021, Andròmines ha desarrollado el proyecto Dignidad de sobra contra el desperdicio alimentario. Inicialmente, creamos un comité de reflexión formado por varias entidades y hemos impulsado una campaña de sensibilización que podéis consultar aquí. A través del proyecto, y de manera participada, hemos desplegado diferentes materiales y acciones, con el objetivo de concienciar y disminuir el desperdicio a toda la cadena de producción, distribución y consumo.

Concretamente, para evitar el desperdicio alimentario de las entidades, Andròmines ha realizado una prueba piloto de talleres para personas técnicas y voluntarias de entidades sociales con el objetivo de formarlas sobre los efectos negativos del desperdicio alimentario. Queremos repensar conjuntamente como evitar también el desperdicio de las entidades y en las casas de las personas que reciben estos alimentos.

El contenido del taller que hemos hecho se divide en tres partes:

  • Una primera parte, donde se explican los impactos ambientales provocados por la producción de alimentos y el consumo de recursos (agua, suelo y emisiones de CO₂) de algunos de los alimentos que consumimos en Cataluña.
  • Una segunda parte donde se habla del flujo que sigue el alimento, desde su recogida hasta su donación, y se tiene que tener en cuenta para no generar desperdicio alimentario. Así como algunas recomendaciones y procesos a tener en cuenta durante los diferentes pasos.
  • Una última parte, donde también queremos implicar a las personas que reciben estos alimentos. Hay que fomentar una donación de productos sanos y saludables, y dar ideas para fomentar una cocina mediterránea (a través de talleres, encuestas, grupos de WhatsApp o Telegram, etc.. Además, también hay que informar correctamente a los receptores de los alimentos para que tengan la capacidad de aprovechar todos los alimentos que se ponen a su alcance.

Este año, en los talleres han participado un total de 8 entidades con la participación de 46 personas implicadas (técnicos y voluntarios).

què es treballa als tallers

¿Qué hemos aprendido?

La experiencia también ha servido para compartir conocimientos y buenas prácticas sobre la generación del desperdicio alimentario de las entidades sociales. El objetivo es reflexionar conjuntamente sobre donde generamos más desperdicio en nuestros procesos de recogida y entrega, y cómo podemos dar (o ya damos) solución, a través de la mejora continua.

De todos los talleres participativos que hemos llevado a cabo, se puede concluir que el desperdicio puede provenir de diferentes puntos según sea el funcionamiento de cada entidad. Algunas generan más desperdicio en el almacenamiento, otros cuando reciben alimentos o en el momento de la donación a las familias.

Entre todas hemos determinado diferentes estrategias para poder dar respuesta a este desperdicio, pero lo más importante es poder realizar el flujo de alimentos dentro mismo de las entidades y protocolizar la recogida, almacenamiento y donación de estos alimentos.

Muchas entidades también son conscientes que el desperdicio se puede generar en las casas de las personas receptoras, puesto que es complicado poder adaptar perfectamente bien la oferta y la demanda.

Andròmines ha repartido a todas las entidades dípticos informativos para las familias y así evitar al máximo que se tiren alimentos, pero también proponemos algunas otras estrategias que a nosotros nos han resultado muy efectivas:

  • Hacer talleres de desperdicio alimentario para las personas participantes del programa de entregas.
  • Crear un grupo de WhatsApp o Telegram para la concienciación sobre el desperdicio y en el que las persones participantes, aparte de apoyarse mutuamente, puedan compartir trucos e ideas para cocinar los alimentos recibidos.
  • Individualizar la donación de alimentos para producir el menor desperdicio.

accions amb receptoresDesde Andròmines creemos que el programa Dignidad de sobras ha sido relevante para podernos comunicar con otras entidades y, conjuntamente, proponer soluciones para luchar y disminuir cada día algo más, el desperdicio alimentario que entre todas generemos.

Trucos sencillos para reducir el desperdicio alimentario

Trucos sencillos para reducir el desperdicio alimentario

Sensibilització ambiental Sensibilització social

1_fruit-933674_960_720Soy madre, de dos niños de 2 y 4 años.  La hora de comer o cenar siempre es una excusa fantástica para experimentar y aprender sobre texturas y colores: ahora tiro un guisante a la cabeza de mi hermano, a ver qué pasa si sumerjo un poco de brócoli dentro de un vaso de agua, mamá esto no me gusta, ya no quiero más… las mil y una anécdotas que pueden llegar a convertirse en una pesadilla si intentas no malgastarla comida.

En Cataluña estamos tirando una media de 34,9 kg de alimentos por persona y año y el 58 % del  desperdicio se produce en nuestros hogares. Imaginad, esta cifra equivale a los alimentos que podemos consumir durante 20 días y son 112 euros que nos podríamos haber ahorrado y que han ido directos a la basura!Estos alimentos desperdiciados generan miles de toneladas de gases de efecto invernadero, los causantes que esté aumentando la temperatura media del Planeta. Así que sí, por pequeña que sea, existe una relación entre los guisantes aplastados que mis hijos han decidido no comer y estos veranos tan calurosos que últimamente pasamos con más frecuencia.

Food-Waste

Y es cierto que una gran parte de desperdicio alimentario se produce en el campo, en la distribución al sector de la restauración yque es aquí donde hay que actuar para ajustar la producción a las necesidades reales de la ciudadanía. Pero, como siempre, como consumidores tenemos un papel muy relevante en demandar que no se tiren tantos alimentos en toda la cadena de producción y en poner nuestro granitode arena para hacer que esto sea posible.

Pero, ¿qué eslo que podemos hacer para reducir el desperdicio alimentario si apenas conseguimos llegar enteros y cabales a la hora de cenar?

Las buenas noticias son que aquí tenéis algunas ideas sencillas y divertidas que os pueden ayudar a hacerlo posible:

En la tienda:

  • Hagamos una compra inteligenteinvitando a nuestros niños a que colaboren en la lista de la compra. ¿Qué hay en la nevera? ¿Qué menús cocinaremos durante la semana? ¿Qué necesitamos y qué cantidades?
  • Busquemos frutas y verduras con formas divertidas para comprar: muchas frutas y verduras se tiran por su forma, color o medida cuando generalmente son perfectamente aptas para el consumo. ¡Encontradlas! ¡A quién no le gusta comerse aquella patata a la que empieza a salirle un cuerno o un calabacín que parece a una barca!
  • Seamosrealistas, si a mis niños no les gustan las manzanas, quizás no es necesario que compre dos quilos y con dos ya es suficiente.

En casa:

  • Organicemos juntos la nevera y la despensa: ¿qué es lo que debemosconsumir primero? ¿Es necesario que congelemos alguna cosa?
  • Designemosel día de la cena de reaprovechamiento: un día a la semana toca mirar la nevera ypensar qué nos ingeniamos para consumir todas las sobras que hay. ¡Ya veréis que se os ocurren recetas y mezclas bien originales!
  • Hemos aprendido a hacer pasteles, galletas, tortillas, pizzas, gazpachos, croquetas mermeladas y compotas. Hay miles de recetas que los niñospueden hacer, incluso los más pequeños, y puede ser una fantástica manera de pasar la tarde juntos, aprovechar la comida… y disfrutar todos juntos después en la mesa. ¿A quién no le gusta comer un bizcocho de fruta madura buenísimo que hemos cocinado nosotros mismos?
  • Usemosnuestros sentidosy aprendamos a entender las fechas de caducidad y consumo preferente, que no son lo mismo. Incluso productos como la carne, siempre que se hayan almacenado correctamente, pueden estar en buenas condiciones para comer una vez pasada la fecha de consumo preferente. Huele, mira su color, pruébalo un poco, cuando un producto está en mal estado se nota. Y recuerda que la carne no tiene porqué tener un color rojo brillante ya que a menudo en contacto con el aire se puede oxidar, pero sigue siendo perfectamente sana.¡Confía en tus sentidos!

En la mesa:

  • Antes de servir los platos nos preguntamos: ¿tenemos mucha hambre? Y ajustamos las cantidades a lo que creemos que podemos comer… pero un poco menos. ¡Siempre estamos a tiempo de repetir!
  • Hagamos platos divertidos: una cara, un paisaje, un vehículo. Juguemos, pero no juguemos estropeando la comida. Juguemos creando platos originales yusando la creatividad en la mesa.
  • Si vamos a un restaurante ¡pidamoslas sobras para llevar! Es nuestra comida y la hemos pagado, esta buenísima, ¿porqué no podemos repetir por la noche? ¡No tengáis vergüenza!

Es importante que con nuestro ejemplo hagamos conscientes a los niños que, con pequeñas aportaciones y buenas actitudes, podemos hacer un consumo más responsable que evite el desperdicio de muchas toneladas de alimentos. Los pequeños cambios son poderosos y nos ayudaran a mejorar las condiciones ambientales y sociales de nuestro entorno. Como consumidores tenemos mucho poder, y nuestros hijos aún más.

En Andròmines tenemos un área de trabajo de recuperación de alimentos de restaurantes y bares, quizás por este motivo estoy más sensibilizada sobre el tema del desperdicio. Pero también creemos en el poder de los consumidores y en el consumo responsable, y trabajamos cada día para hacer llegar a las personas la importancia de cuidar del medio ambiente a través del programa de educación ambiental: hacemos talleres familiares, para agrupaciones, ayuntamientos, etc. También colaboramos con la recogida de alimentos en establecimientos y participamos en la recogida de excedentes alimentarios del Hospital de Can Ruti (en el marco del Programa Pont Alimentari y en colaboración con otras entidades); Andròmines asegura que se cumplen todos los requisitos de seguridad alimentaria durante el transporte; posteriormente reaprovechamos estos alimentos a través de programas como Una Mossegada a l’exclusió (de inserción sociolaboral en colaboración con los Servicios Sociales y el apoyo de Fundació La Caixa y el Dep. Treball, Afers Socials i Família), Plat a Taula (con la colaboración de la Agència de Residus) y en colaboración con otras entidades sociales.

 

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¡Entre todas y todos cada día avanzamos un poco más en disminuir la cantidad de comida que tiramos!

Núria Sau San Luis

Directora de Proyectos en Andròmines